Merlo es un lugar donde el turismo no solo es una actividad, sino la esencia misma de la comunidad. Se dice que la villa vive 100% del turismo, lo que implica un gran esfuerzo constante para mantenerse vigente. Esto se traduce en una atención permanente a los precios, promociones y programas económicos que hacen que el destino sea accesible para todos, desde familias hasta jubilados.

Además, la villa se destaca por su capacidad para innovar y ofrecer nuevas experiencias, ya sea en el ámbito gastronómico, cultural o en la difusión del destino a nivel nacional e internacional. Todo esto con el desafío de asegurar un trabajo continuo en un contexto económico complejo.

Frente a una temporada que podríamos llamar «atípica», donde el consumo se vuelve «low cost» y la cultura de la escapada sigue siendo una tendencia, Merlo responde con iniciativas como el Pre Merlo y el Pasaporte Turístico. Estas herramientas de descuentos y gratuidad son esenciales para los viajeros que buscan cuidar su bolsillo.

Fiestas Populares: Una Celebración de la Identidad Merlina

En este contexto de constante renovación, Merlo también se apoya en su calendario de fiestas populares, que no solo atraen a turistas, sino que también reivindican la gastronomía, cultura e historia local. Un ejemplo claro es la Fiesta Nacional de la Dulzura, que se ha convertido en un clásico del escenario turístico merlino.

Celebrada del 16 al 18 de agosto, esta fiesta es una verdadera oda a los sabores locales. Empresarios y emprendedores, muchos de ellos provenientes de otras provincias que han adoptado a Merlo como su hogar, presentan con orgullo sus productos: tortas, mermeladas, licores y embutidos, elaborados con el mismo cariño que ponen en cada creación.

La Fiesta de la Dulzura es un evento familiar por excelencia, donde miles de familias disfrutan de tres días de compras de golosinas, globos, y de shows musicales que incluyen desde cuarteto hasta el cierre a cargo de Fabiana Cantilo.

Este evento también ofrece una plataforma única para pequeños emprendedores que fabrican alfajores, dulces y cerveza artesanal, permitiéndoles presentar sus productos, ofrecer degustaciones y vender de manera directa, sin intermediarios.

Pero más allá de los negocios, la fiesta tiene un componente emocional importante: es la oportunidad perfecta para llevar de regreso a casa una caja de alfajores como regalo para los seres queridos. Porque la comida no solo conquista estómagos, sino también corazones.

Así es Merlo, una villa apasionada y pujante, que se disfruta todo el año y que deja una sonrisa en el rostro de todos aquellos que la visitan y la quieren.